En la ciudad dorada, donde el lujo brilla más,

Te vi entre diamantes, tan lejos de mi realidad.

Tus ojos eran estrellas, en un cielo de cristal,

Y yo un simple soñador, perdido en tu inmensidad.

Sabía desde el principio, eras un sueño irreal,

Tu mundo y el mío, separados por un mar.

Pero tu risa me atrapó, me hizo desear,

Que en un rincón del cielo, nos pudiéramos encontrar.

Amor imposible, entre dos mundos tan distintos,

Tú, en tu castillo de oro, yo, un vagabundo sin destino.

Pero mi corazón no entiende, de barreras ni prejuicios,

Sigo soñando con tus besos, aunque sean solo suspiros

Quizá en otra vida, el destino nos juntará,

Y no habrá muros de oro, que nos puedan separar.

Por ahora solo queda, esta dulce fantasía,

De un joven soñador, y su amada de por vida