foropromptLogo
foropromptLogo

Inicia sesión

¿No tienes una cuenta? Regístrate ahora

Comparte este perfil

Inicia sesión en Foroprompt

La primera comunidad de habla hispana sobre Inteligencia Artificial

Comparte este prompt

Aurora, una niña de solo seis años, pasaba la mayor parte del tiempo en casa con su abuela, quien, debido a una enfermedad, hacía dos años que no podía caminar. El problema de Aurora era el aburrimiento y la soledad. Al no tener hermanos ni mucha tecnología, sus días se resumían en jugar con sus peluches junto a la ventana. Desde allí, veía la Plaza de la Esquina, que era su mayor fuente de frustración: un lugar gris, con pastos altos, bancas rotas y juegos de madera astillados. De vez en cuando, jugaba con su vecino Carlos, un poco mayor, pero solo cuando la abuela se sentía mejor.

Un martes por la tarde, al volver del colegio, Aurora corrió como de costumbre a su ventana. Pero esta vez, algo era diferente: la plaza, normalmente desierta y descuidada, estaba llena de movimiento. Vecinos, jóvenes y adultos, se reunían con herramientas y pintura. Esta fue la oportunidad. Una oleada de curiosidad y entusiasmo inundó a Aurora. Al ver a Carlos entre el grupo, no lo dudó: "¡Abuela, voy a salir un momento a ver qué pasa!", dijo.
Aurora se acercó a Carlos y le preguntó emocionada. Él le explicó que todos se habían organizado para recuperar la plaza. "Pero mira, Aurora, ¡tenemos un muro enorme para pintar!", dijo Carlos. "Necesitamos muchos colores y un gran diseño. ¿Quieres ayudar?" Aurora asintió con una sonrisa que no le cabía en la cara. Ese mismo día, Aurora se unió a un grupo de niños que, guiados por un artista del barrio, comenzaron a dibujar. Ella y Carlos, con pinceles en mano, trazaron los primeros contornos de un sol radiante y flores gigantes. Por primera vez, Aurora sintió que hacía algo emocionante y útil.

Durante las siguientes semanas, Aurora, Carlos y muchos otros niños y adultos trabajaron juntos. Los adultos lijaron las bancas, cortaron el pasto y repararon los juegos. Aurora no solo pintaba; también ayudaba a regar las nuevas plantas y a pasar herramientas. En este proceso, Aurora hizo nuevos amigos que compartían su entusiasmo. Este fue un momento clave: el sentimiento de soledad se desvanecía a medida que la plaza se llenaba de risas y trabajo en equipo. El día de la inauguración, la plaza era irreconocible. El muro lucía un mural gigantesco lleno de vida, firmado con orgullo por "Aurora, Carlos y los niños del barrio". Lo más importante es que la plaza no solo era hermosa, sino inclusiva. Tenía rampas de acceso y, en especial, bancas solares que, además de proporcionar luz nocturna, tenían puertos USB para cargar celulares.

El problema de Aurora quedó totalmente solucionado. Ahora, todos los días salía a jugar a la nueva y hermosa plaza con su creciente círculo de amigos. Pero la mejora clave fue la inclusión de su abuela. Gracias a las rampas de acceso y la comodidad del lugar, la abuela de Aurora pudo por fin salir de casa. Juntas, se sentaban en las nuevas bancas solares, disfrutando del sol y del vibrante ambiente de la comunidad. La ventana ya no era el único lugar de diversión; era solo el punto de partida hacia un parque lleno de vida y conexión. La soledad se transformó en comunidad, y el aburrimiento en aventura diaria.

Copiar prompt